domingo, marzo 19, 2006

La increíble historia de mi nombre…

Y mientras,

reposas tus sueños
en tu cama rala,
yo escucho
tu respiración
por detrás de la puerta.

Suena a vuelo y a mar,
a agua,
a melodías estrambóticas
que nadan,
entre mis manos,
en mis tímpanos.


Y mientras,
tu mirada,
detrás de la puerta,
queriendo timar,
engañar a mi espalda.
estropear
u
obviar
mis palabras.

Y mientras,
yo,
detrás de la puerta,
escribía palabras para ti…


Ahora la distancia nos une.
Y aún escribo tu nombre en la madera de los bancos de la avenida.

7 comentarios:

el_hombre_que dijo...

...y aún escribo tus avenidas en los nombres de madera de los bancos

Anónimo dijo...

ya era hora hijaAAA!!! q no hago más q pasarme por aki y nada nuevo!
qué bonito es estar enamoradoooo!!!!

Elena -sin h- dijo...

Me ha encantado el final... cuando la distancia une, los espacios terminan deshaciéndose entre los cuerpos :)

pqueno dijo...

siempre acechante tras la puerta

abrazos ausientes desde el norte

no_se_es dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
no_se_es dijo...

la distancia que une es un lugar común.. al menos.

Unknown dijo...

Yo quiero clavar nombres en los bancos, que no se vayan. Tener una historia sobre mi nombre... y sobre todo, que mi respiración suene así cuando duermo ( y no a lo que suena ).
Será cuestión de poner una grabadora detrás de la puerta.