sábado, diciembre 17, 2005


El viento ondeó su camisa de seda y acarició su espalda.
Se encontraba al borde del abismo, a punto de saltar a un vacío en el que dejaba de existir la gravedad. Un abismo en el que tan sólo los recuerdos se perdían en la inmensidad de la nada.

Allí no habría nada que le impidiese nadar.

Su vida se resumió en un Svedberg (S), donde vió todos su pestañeos que le besaron en el corazón; a pesar de parecer que iba a escapar, su corazón, se encontraba sereno, ni siquiera espectante, tan sólo observador.

En el bolsillo derecho guardaba aquella carta, en el izquierdo una de sus miradas, y entre sus manos un puñado de besos.
Se desnudó y depositó sus pertenencias en la piedra donde tantas veces había pasado horas junto a su cuaderno.
Finalmente saltó, y su belleza se quebró en una de las numerosas rocas, en la roca. Mientras, los besos, miradas y palabras, flotaron en el mar eternamente....
Los los objetos posados con suavidad en la piedra hicieron que nunca muriera del todo.

Laura

3 comentarios:

Clifor dijo...

You are beatiful... me recuerda al videoclip de esta canción. Me recuerda a Burning (Una noche sin ti), me recuerda a Carver, a Sallinger, a Roger Wolfe, a Miriam Reyes... algo de oscuridad se te está pegando, y eso, siempre es motivo de alegría.

Siempre.

Laura dijo...

tu comentario me recuerda que siempre sabes dibujarme una sonrisa...
quizás sea culpa del hecho de que sea tan simple, pero gracias

E dijo...

Es precioso, 'le besaron el corazón'.

Sabes jugar con las palabras.

Un abrazo en espiral. Y gracias otra vez.