martes, enero 10, 2006

Ahora lo reconozco: me he inventado tu vida.
La tejí con mil dedos sudorosos; una mirada clara. Y que así nunca dejaras de mirarme.
De repente me sorprendiste.
Lo admito.
Tu mirada falsa, mi propio trabajo, empezó a hacerme sentir un poco estúpida.
Mis sueños se hicieron una maraña y se escondieron debajo de la cama.
A qué hora tenemos que decir "te quiero"?
Hubiera preferido que fueras un amor de contrabando, esos que se llaman sueños, que de repente, un día, sin más, se cruzan contigo en el 12346 baldosín. En ese en el que te mira y te llena con un bocado de sonrisas. Pero apareciste, y no en aquel baldosín, que era el único lugar donde podría quererte sin una tristeza.
Empezaste a persegurime sin darte cuenta, incitado por algo que intento descubrir.

Te quiero, como me pasa tantas veces...


Quizás mañana me cruce con tu olor a manzana y a desodorante

4 comentarios:

el_hombre_que dijo...

quizá hoy ya te hayas cruzado

Patricia Casalderrey dijo...

Aquí, aquí es. Donde nos ladran los perros y nos miran los que corren.
Donde se puede escuchar el agua del río y mirar las luces de los coches.
Aquí. En el mismo adoquín.

pqueno dijo...

quizá alguien te esté esperando el baldosín adecuado, o quizá, sea otro baldosín el q te espera a tí...

abrazos elípticos desde el invierno

Elena -sin h- dijo...

Quizás sólo tengas que evitar quedarte quieta...